Desde que se lanzara al mercado el primer Ubuntu Phone estábamos deseando poder probarlo, ya que teníamos mucha curiosidad en ver lo que Canonical había hecho con su sistema operativo enfocado para smartphones.
A primera vista da la impresión de que los Ubuntu Phones llegan algo tarde para competir con Android e iOS. Por ello, lo primero que nos planteamos es si tras el gran entusiasmo generado y los buenos resultados de ventas podrán competir con esos dos gigantes, quienes dominan el ecosistema de S.O. para smartphone con puño de hierro.
Antes de probarlo tenía la sensación de que el Ubuntu Phone estaba destinado tanto a usuarios de Ubuntu para ordenadores como de la comunidad linuxera en general, a quienes les gusta poder experimentar con todo tipo de dispositivos, y que vienen siguiendo los progresos de Canonical lanzamiento tras lanzamiento. Si he cambiado de opinión, y para no adelantar acontecimientos, lo veréis en las conclusiones del análisis.
Dicho esto comenzamos a ofreceros nuestra visión del dispositivo que nos ha cedido bq.
Las especificaciones que nos encontramos en este primer teléfono de Ubuntu son las de un terminal de gama media-baja, con un procesador MediaTek Quad Core a 1.3GHz, 1GB de RAM y una pantalla de 4.5″, combinación que ha tenido gran acogida por parte del usuario español tanto en éste como en otros teléfonos.
A continuación podéis ver de forma más detallada dichas especificaciones:
El Aquaris E4.5 Ubuntu Edition viene empaquetado en una elegante caja con tapa negra y colores naranjas, siendo esto un pequeño avance de lo que encontraremos en el interior de la misma.
Nada más abrir la caja nos topamos con el propio dispositivo, el cual viene acompañado de los típicos papeles de garantía además de una guía rápida de uso, y el cargador junto al cable USB.
El material del que está compuesto este teléfono es plástico de color negro, y con un aspecto que sigue líneas minimalistas. Destaca la ausencia de botones frontales, aunque no de laterales como el de bloquear la pantalla y de aumentar/reducir volumen. Esta ausencia es totalmente intencionada, ya que Ubuntu para móviles se basa en una experiencia de usuario gestual.
Al encenderlo por primera vez notamos que el primer arranque es bastante lento. No obstante si posteriormente necesitamos reiniciarlo en el día a día, dicha acción tiene una duración menor dentro de lo que consideraríamos normal.
Tras finalizar el arranque el sistema nos da la bienvenida y solicita que elijamos el idioma del dispositivo, además de otra serie de acciones comunes en el primer inicio de cualquier teléfono, como el tipo de «Seguridad de bloqueo», sugerir que nos conectemos a una red inalámbrica, o si consultar si queremos activar los servicios de localización.
Una vez completemos todas esas acciones que nos sugiere, aparecerá una pequeña guía para aprender a utilizar los gestos. Simplemente nos mostrará cómo desbloquear el teléfono, mostrar el lanzador de aplicaciones, además de cómo visualizar y ocultar las notificaciones.
Si deslizamos el dedo desde la parte superior hacia abajo, vemos cómo se encuentran distribuidos de forma lineal los apartados de Notificaciones, Orientación, Archivos, Ubicación, Bluetooth, Red, Sonido, Batería y Fecha y Hora.
Como se aprecia en lo visto hasta ahora, salvo por temas estéticos, la interacción como usuario es muy similar a la de Android o iOS. No obstante, Ubuntu para smartphones se diferencia del resto en varios aspectos como los Scopes, el manejo de los escritorios o el lanzador de aplicaciones (Dash en Ubuntu versión de Escritorio), de los cuales hablaremos en la próxima parte del análisis.